30.12.10

Un nuevo año para estrenar

1 año… 12 meses… 365 días volvieron a pasar, en unos cuantos abrir y cerrar de ojos.

Para no perder la costumbre, las mujeres andamos revolucionadas, entre cumplir con encuentros pendientes, organizar el festejo del 31, planear las vacaciones… Nada es fácil, y menos los últimos días del año.

Pero la cuestión es que terminamos el 2010 y logramos hablarles a todas. A las abuelas, a las madres, a las hijas, a las que fueron, son y siguen siendo solteras, a las que tienen sueños, a las que tienen fe.
Intentamos aconsejarlas, compartimos anécdotas y experiencias vividas como lo hacen las verdaderas amigas. Siempre con una pizca de humor, ingrediente infaltable en cualquier ocasión!

Durante estos meses, hablamos sobre tantas cosas, que parece difícil escribir algo innovador. Tampoco ayuda el hecho de que a esta altura, las pocas neuronas que quedan, siguen embriagadas por los festejos navideños. Sumado a que, todo aquello que queremos decir sobre esta festividad, ya fue dicho!
Redactar el último texto del año, definitivamente no será pan comido…

Rondando estas fechas, no es sencillo desprenderse del típico balance anual, las famosas columnas del “debe” y el “haber” que se realizan tanto en el área empresarial, como en la vida misma siempre nos persiguen. Sin embargo, no caben dudas de lo esenciales que son en nuestras vidas. Sin una, la otra carecería de sentido, ya que aquello que nos quedó pendiente o por realizar, debe convertirse en la principal motivación para inaugurar el próximo año.

Así, en lugar de seguir armando un listado interminable de cosas que infructuosamente intentamos alcanzar, aceptemos como desafíos todos aquellos sueños que nos hayan quedado truncos, transformándolos en nuevas metas de futuros anhelos.

Y tal vez, ese sea el camino que nos permita abandonar la oruga para poder transformarnos en hermosas mariposas.


Feliz Año Nuevo para todas!!

23.12.10

¡¡¡Muchas Felicidades!!!

22.12.10

Ya se acerca Nochebuena, ya se acerca Navidad

Hace un tiempo, viajaba en colectivo camino al trabajo, cuando advertí la presencia de los primeros adornos navideños. Resultaba increíble que ya hubiera pasado casi un año desde las últimas fiestas.

Es que, cuando empieza diciembre, Buenos Aires se tiñe de rojo, verde y blanco. Esta vez no es debido a un acto político ni futbolero; simplemente es señal de que la Navidad está llegando… una vez más.

Negocios y oficinas, cualquiera sea su rubro, hacen los honores a ésta festividad. Arman arbolitos, adornan vidrieras, cuelgan luces de colores… Algunos lugares son decorados con tanta anticipación que no sabemos si lo hicieron por adelantado de ansiosos o si siguen allí desde la Navidad pasada!

En los supermercados, las góndolas están tan atiborradas de productos navideños, que parecería que estuviéramos recorriendo el laberinto de Pekos en Villa Carlos Paz; aunque en lugar de encontrarnos rodeados por bellos arbustos nos perdemos entre confites, frutas secas y turrones varios. Ah!! , y sólo por si acaso, siempre resulta conveniente controlar las fechas de vencimiento!!

Calles y avenidas son empapeladas de afiches pro - festejo a tal punto que si Papá Noel cobrara derechos de imagen por cada ocasión en la que se utiliza su figura, los anunciantes quedarían en banca rota!

Y por último, pero no por eso menos importante: los shoppings… ellos son los verdaderos magnates de esta celebración. Como si se tratara de un duelo entre adversarios del Lejano Oeste y luego de todo un año de extenuante trabajo, nos sorprenden con sus colosales escenografías, maravillosos Papás Noeles y renos tan reales que parecen extraídos de una serie de Animal Planet!

Esta miscelánea de agasajos, nos invitan, a niños y grandes, a sumergirnos en un mundo de fantasía e inocencia, en el cual soñar que todos nuestros deseos pueden cumplirse es posible, al menos por una noche!

14.12.10

SOLTERAS. Volumen I: Cuidado…Soltera!

Todo indica que cuando una mujer esta en pareja automáticamente deja de ser una amenaza, tanto para el sexo opuesto como para el propio género.

Los hombres que se acercan para entablar una simple charla con novias ajenas disfrutan plenamente de la compañía de esas mujeres, porque saben que sus “deseos” (léase: reuniones familiares, vacaciones en pareja, compartir el control remoto) están depositados en otro y ninguna responsabilidad, reproche o protesta recaerá sobre ellos. Incluso, algunos reconocen que son más amenas de lo que pensaban!

Con respecto a las mujeres, indudablemente prefieren que las compañeras de trabajo, de facultad o las vecinas de sus respectivos tengan bigotes, pelos en las piernas y novios!
Si descubren que hay una soltera merodeando en el ambiente, la explosión del Big Bang pasa a ser una cañita voladora al lado del escándalo que pueden generar estas muchachas.

Por otro lado, la misma mujer se planta de un modo diferente si está en pareja o si está sola.
Estando de novia cualquier tipo de interacción con el otro sexo es fluida y relajada, no hay segundas, terceras, ni cuartas intenciones. En cambio, para la soltera toda presencia o figura masculina es una posible opción de pareja, y debe andar al mejor estilo “boy scout”, siempre lista!

En muchos casos esta presión genera un efecto contraproducente y pareciera que la mujer sin pareja emana un aroma especial que indica su estado civil, como si gritara a los cuatro vientos: ESTOY SOOOOLAAAA!!!

Y lamentablemente, la diferencia de géneros vuelve a hacerse presente. Mientras que el hombre soltero, a mayor edad es más codiciado; la mujer soltera forma parte de una raza excluida, que pasados los treinta años, desearían fuera una raza en extinción!!

6.12.10

Flor de panadero

A no confundirse! Con este título no me refiero a un hombre que cocina pan y esta re fuerte, si no a aquel algodón blanco que asomaba en primavera y emigraba en otoño. Y hablo en pasado porque hace años que no veo volar un panadero.

Y la historia empieza así.

Ayer estaba en la peluquería esperando mi turno para ser atendida. Como siempre que tengo que esperar, busqué una revista para matar el tiempo. Obviamente, las revistas que quedan disponibles en una peluquería son las que llevan mínimo tres o cuatro meses vencidas. Esta vez la que encontré era de enero; mientras estamos palpitando los primeros días de diciembre.

Fue la nota editorial de dicha revista la que me impulsó a escribir este artículo. Trataba sobre los deseos para el año que recién entraba y los relacionaban con la flor de panadero.

Cuando terminé de leer la nota ya era mi turno y, luego de explicarle a la peluquera lo que necesitaba, no podía dejar de pensar en el panadero y lo que éste significaba para mi cuando era chica. El panadero simbolizaba buen augurio, una vez que lo alcanzabas podías pedir un deseo y soplarlo para que vuele lo más alto posible y convirtiera esa ilusión en realidad.

Inmediatamente me vinieron a la mente otras creencias del pasado que nos permitían alimentar esas ganas de creer que podíamos pedir algo y se iba a cumplir. Por ejemplo: soplar las velitas de cumpleaños; rescatar una pestaña caída; perseguir una vaquita de San Antonio, incluso pedir un deseo con cada pasa de uva que comemos al sonar las doce en Navidad.

Cualquiera sea el objeto en cuestión, lo que importa es tener algo en que creer, en donde depositar nuestra esperanza y esperar confiados que lo que deseamos en algún momento se hará realidad.
Y es que hasta el día de hoy, sin importar la cantidad de velas que porte una torta, seguimos pidiendo los tres deseos, por si acaso.