26.2.11

Frase de la semana 8..

"Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos"

Cortázar

(Considerado uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general).

23.2.11

Señales

Todo estaba dispuesto. Los invitados situados en sus respectivos lugares, el novio de pie a un lado del altar. Los testigos cruzaban miradas atónitos mientras esperaban…y esperaban. Pronto los familiares comenzaron a impacientarse porque no aparecía…no llegaba…y no llegó…el cura nunca llegó!!

La novia lloraba desconsolada, aunque lo único que la tranquilizaba era saber que en esta oportunidad el fracaso no había sido responsabilidad de su futuro marido!

Amén de preguntarme si de todos modos comeríamos los langostinos rellenos y bailaríamos el correspondiente carnaval carioca, comencé a cuestionarme si tal vez, este romántico viaje venido en naufragio, que iba a emprender la pareja, habría sido una señal del más allá indicando que algo andaba mal.

Si realmente se trataba de un mensaje, ¿qué medidas deberían tomar frente a semejante llamado de atención? ¿Reprogramar la fecha, desafiando las leyes del destino?, o ¿simplemente hacer sus valijas y emprender su camino por separado?

¿Cuantas veces nos ha pasado que estamos pensando en contactarnos con “EL” y de repente suena en la radio su tema preferido?; o ¿nos encontramos caminando por la calle y vemos a alguien que se le parece tanto que dejamos de respirar, por temor a que el corazón se nos escape por la boca? Incluso, me ha llegado a ocurrir estar explorando la página web de ciertas diseñadoras, y encontrar como modelo de tarjeta una invitación de casamiento con MI nombre y el de “EL”…si eso no es una señal de que deberíamos estar juntos, QUÉ ES??? EH!!!!!

Solemos dejarnos llevar por estos indicios y, tal vez, un poco como excusa, terminamos cayendo en la tentación. Sin embargo, una vez leí en un blog que esas “señales” en realidad son simples coincidencias o casualidades que nos presenta la vida, llamando nuestra atención en ocasiones en que nos encontramos susceptibles a ciertos detalles, que seguramente en otro momento pasaríamos por alto.

Sinceramente en lo personal esa opción no me convence, o será que en realidad me divierte más pensar que existe alguien con un poder supremo, que, cual Hansel y Gretel, nos marca el camino a seguir, cuando estamos un poco perdidas!

8.2.11

El que espera desespera

“Estoy tratando de decirte que me desespero de esperarte” entona en una de sus más acertadas canciones Andrés Calamaro.

Y es que toda espera, por más pacientes que seamos, siempre nos altera más de la cuenta.

Paradas en la vereda de enfrente de una frase india que asegura: “todo llega en su momento justo, ni antes, ni después”; no sólo queremos, sino exigimos todo ahora, yaaaa!!

¿Situaciones que ejemplifican la tortura de la espera?

*El resultado de una prueba de embarazo: sin duda los minutos necesarios que debemos aguardar para ver las famosas rayitas, son los más largos de nuestras vidas. Sentadas inmóviles sobre la tapa del inodoro, leemos una y otra vez el instructivo que en ese momento parece escrito en chino mandarin!!

*El resultado de una entrevista laboral: salimos de la reunión confiadísimas que seremos elegidas. A los días de no recibir noticias, nos convencemos que seguramente están realizando más entrevistas “por compromiso”. A la semana, nos cuestionamos la elección del vestuario, el vocabulario utilizado, nuestra forma de ver, sentir, respirar. Al mes, chequeamos si la búsqueda sigue online y por las dudas, volvemos a mandar el CV.

*El resultado de una dieta: dispuestas a seguir estrictamente el régimen y el gimnasio, nos anotamos y abonamos las sumas correspondientes. Queremos que nuestras parejas, amigos y familiares noten cambios cuando volvemos de la primer consulta o a lo sumo, al día siguiente! Como no sucede, a más tardar en 20 días, damos por finalizado el emprendimiento.

*El llamado de EL: de todas las esperas, por voto unánime, es la peor!! Nos volvemos celu-dependientes. Evitamos lugares donde no tenemos señal (aunque sea en nuestra propia casa); chequeamos el correo de voz 2 a 3 veces por minuto. Con el correr de los días, nos preguntamos si le dimos bien el número. Se está haciendo rogar, pensamos... Nos mentimos creyendo que pudo haber perdido nuestro contacto y avanzamos nosotras. Cadena perpetua, caso cerrado.

Esperar no es una acción que pueda llevar a cabo cualquier persona. La paciencia es una virtud en vías de extinción y a pesar de la agonía generada por tanta expectativa, la experiencia nos sigue demostrando que lo mejor llega en el momento menos esperado!