17.3.11

Culpables – caso cerrado

Tiempo atrás leí un artículo que Sebastián Wainraich (una de las tantas personas que me hace reír a carcajadas y a quien admiro profundamente) escribió para una revista.

No recuerdo las palabras exactas, pero en esencia el texto hablaba sobre el sentimiento de culpabilidad que nos genera ser los autores de un rompimiento amoroso.
Como hace un tiempo atrás estuve, por primera vez, de ese lado de la ruptura, me sentí totalmente identificada.

Lo cierto es que nunca protagonicé demasiados noviazgos; a decir verdad, ese fue el primero con todas las letras. Las demás, y de esas si que soy experta en el tema, fueron relaciones fugaces. Más fugaces que relaciones, de las cuales siempre terminé siendo la “víctima”.

Formar parte de los dos bandos me permitió descubrir que ser la abandonada tiene todas las de ganar!! Ok, no sé si todas, pero sí, muchas ventajas.

Por empezar, podés maldecir a los cuatro vientos a quien te abandonó, “estás en todo tu derecho”!
Podés patalear, suplicar y porque no, exigir que te dé otra oportunidad, “estás en todo tu derecho”!
Podés permanecer hecha una piltrafa humana durante días o semanas. Incluso llorar mares si te viene en gana, a cualquier hora, en cualquier momento, “estás en todo tu derecho” !
Luego de meses de recuperación o mejor dicho, de “rehabilitación”, podés pasearte con aires de superación (aunque todavía no lo hayas superado totalmente) frente al susodicho y sus amigos, luciendo radiante, al fin y al cabo “estás en todo tu derecho”!

Pero el problema es cuando nosotras somos las “culpables” de la ruptura y todos esos derechos a los que teníamos acceso y utilizábamos con total desfachatez ya no nos corresponden y por el contrario, se nos vuelven en contra.

Si llorás o andás deprimida te cuestionan: “¿Acaso no era lo que querías?”…
“Pensá que tuviste la opción de elegir, el otro simplemente tuvo que aceptar tu decisión”…, te alientan, como si ello fuese un alivio y te hiciese sentir mejor.
Tampoco tenés contra quien regañar porque las cosas no salieron como esperabas.

A aquellas que terminan una relación, las felicitan por su valentía; a quienes son abandonadas, las consuelan diciendo que ya vendrá alguien mejor.
La realidad es que el momento vivido no es feliz para nadie, pero al menos puede servir de consuelo para las actuales solteras, ya que al no tener pareja no serán las futuras víctimas de una separación, ni mucho menos las culpables …al menos de su relación!

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