28.10.10

Había una vez un circo

“Había una vez un circo que alegraba siempre el corazón” … entonaba una de las canciones más populares del queridísimo trío Gaby, Fofo y Miliki.

El circo, un lugar donde realidad y fantasía se entremezclan creando un conjunto de sensaciones que conquista a grandes y chicos; un universo donde sentirse feliz es un hecho real, donde soñar está permitido y quienes mejor que las mujeres si de soñar se trata!

El mundo del circo se asemeja por doquier al mundo femenino. Es aquel lugar ideal lleno de ensueño, ternura y expresividad, donde la imaginación nos da vía libre para construir lo que se nos ocurra.
Todas las mujeres llevamos incorporado nuestro propio circo ambulante y el ser multifacéticas nos permite cumplir todos sus roles:

-Domadora: día a día nos atrevemos a entrar en la jaula, poniendo en riesgo nuestra integridad física y moral, para enfrentar a las fieras: léase jefes, suegras, vecinos enojados…

-Equilibristas: sin mirar hacia atrás, sin mirar hacia abajo nos lanzamos a caminar por la cuerda floja de la vida, intentando no perder el equilibrio ni la cordura!!!.

-Magas: sin varitas ni galeras, sin conejos ni palomas, con poquísimo hacemos mucho y de algún modo siempre logramos llegar a fin de mes!

-Malabaristas: podemos hacer mil cosas a la vez sin perder el objetivo y sin mandar todo al… suelo!

-Payasas: a pesar de sentirnos mal o simplemente tener un día triste, siempre le regalamos al mundo nuestra mejor sonrisa!

Sin duda, la similitud más preciada entre nosotras, las mujeres, y la gente del circo es nuestro estilo de vida, lleno de emociones, esfuerzo, dedicación y caracterizado por una lucha constante.

18.10.10

De generación en generación

Abuelas, madres, hijas; una genealogía sin fin.

Las mujeres cuando son pequeñas buscan ser igualitas a mamá. Se visten con su ropa, usan su perfume, imitan su modo de hablar y caminar. Adoptan una muñeca y haciendo de madre la educan repitiendo las mismas frases que les dicen a ellas:

“si no terminas toda la comida vas a quedar siempre chiquita”.

“si no haces la tarea no hay televisión”.

“si no juntas todos los juguetes viene el cuco y se los lleva”.

Durante la adolescencia defienden a capa y espada la decisión de no convertirse en sus madres cuando sean grandes y en algunos casos hasta niegan el lazo familiar que las vincula! Todo lo que dicen, opinan, recomiendan o sugieren les molesta!

A medida que van creciendo, descubren que tienen más cosas en común de las que creían. Incluso les terminan dando la razón y repiten el ejemplo con sus hijas.

En el caso inverso, cuando las madres se quejan de sus hijas, aparece la voz de la conciencia (es decir, la voz de sus propias madres) y les recuerdan que en su momento ellas hicieron exactamente las mismas cosas, redundando con un dejo de ironía: “todo vuelve en esta vida”.

Y en esta vida encontramos madres de todos los colores, tamaños y formas:

*la híper-súper-sobre protectora: llama cada cinco minutos para verificar que esté abrigada, comida, hidratada.

*la gauchita: prepara comida de más para que te puedas llevar, te ayuda con la ropa para lavar, te da una manito los últimos días de cada mes.

*la pendex: sigue sin comprender que ahora ella es la madre y te usa la ropa, chatea con tus amigos, se suma a tus salidas.

*la política: más conocida como suegra (cada una saque sus propias conclusiones).

*la postiza: es una madre del corazón que te cuida como si fueras su propia hija, por ejemplo: abuelas, tías y padres que por diversas circunstancias de la vida deben calzarse las polleras y pasar al frente.

Para cada tipo de madre corresponde un tipo de hija, a pesar de que en varios casos no coincide la misma dupla, pero con sus cosas buenas y malas siempre debemos tener presente que MADRE HAY UNA SOLA!

6.10.10

Del reino animal al femenino hay un solo paso!

¿Cuantas veces utilizamos la frase: “¡¡Sos un animal!!” para hacer notar al otro que hizo algo fuera de lo común o con lo que no estamos totalmente de acuerdo? No obstante, en más de una ocasión, son los animales quienes dan ejemplo con sus actos y simpleza.

Tanto hombres como mujeres poseemos rasgos que nos aproximan a los animales y en el caso de las mujeres no podemos dejar de mencionar las siguientes similitudes:

*como los canes: somos incondicionales, fieles e intuitivas; buscamos el bienestar de “nuestro amado” y permanecemos a su lado si percibimos lo contrario.

*como las chitas: vamos y venimos en tiempo record: del colegio de los chicos al trabajo, del trabajo al gimnasio, del gimnasio al super, del super a nuestras casas y así sucesivamente.

*como las cebras: por lo rayadas!! aunque esta comparación es más una humorada masculina, por no decir machista!

*como los pulpos: hacemos miles de cosas a la vez y no por hacer una, descuidamos la otra!: trabajamos, cocinamos, limpiamos, planchamos y lo más importante mantenemos el equilibrio del hogar!

*como los pájaros carpinteros: parece que muuuy de vez en cuando y con ciertos temas somos un poquito reiterativas, insistentes: ¿Me querés? ¿Estas seguro? ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo?

*como los loros: también conocidos como cotorras…¿hace falta agregar más?

Sin embargo, la similitud más valedera es la capacidad que tenemos de sobrevivir en la jungla, atentas a todo lo que pasa a nuestro alrededor, organizando el refugio, leales a la manada y cuidando celosamente nuestro rebaño. Sin olvidarnos, que al igual que los animales en extinción, somos únicas en nuestra especie!